Málaga 14 de Octubre de 2010
Ella era una autentica salvaje en la cama.
La cuestión es que también lo era
en los centros comerciales
con la tarjeta en la mano.
Menos mal que era su dinero
con lo cual no me dolía tanto.
Aunque si me daba cierto coraje.
Por que yo soy el típico tacaño
el del puño cerrado
el del café a 80 céntimos
o la caña a un euro.
Los zapatos desgastados
calcetines con tomates
y bolsillos cerrados
a cal y canto.
Ella a la ultima moda
y yo a la de los 80.
Parecíamos tan distintos
y ¡es que lo somos¡.
Pero nos queremos
y follamos muy bien.
Con lo cual lo demás
es menos importante.
Hasta que se empezó a preocupar
por mi manera de vestir
las manías o la forma de hablar que tengo.
Es decir empezó a dejar de quererme
tanto como me quería.
¡Y me quede solo¡.
Era entonces el duende de bares
el adulador de señoritas
el nocturno chateador
el "pajero por excelencia".
Y la veía por la calle
con el otro de la mano.
Y el otro,o el otro.....
Encima me miraba y se reía.
La muy puta.
Entonces caí en la cuenta
de que había sido todo este tiempo
un cornudo más.
Uno más de su lista
y mi hombría se vio perjudicada gravemente.
Por eso escribo esto
para consolarme....
JAS
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